CUENTOS INVENTADOS: Los misterios de Magau.Capítulo I

En el Area de Lengua, algunos días nos dedicamos a escribir: textos libres, cuentos inventados…Poco a poco, cada uno estamos escribiendo nuestro cuento. Los iremos publicando en el blog y esperemos que os gusten.

Este es el primer capítulo del de Miguel. Se titula: LOS MISTERIOS DE MAGAU

Capítulo1: El misterio del diamante verde

Erase una  vez en la ciudad lejana de Selchinapou en el país de Estados Unidos, un perro investigador llamado Magau.

Magau  tiene 30 años, 19 hijos, es detective y vive el la calle Tumos en Selchinapou.

Es un perro dálmata que con un año perdió a su madre y con dos a su padre. Le cuidaron sus dos hermanas mayores y a los 11 años se casó y tuvo un hijo. Al año siguiente otro y así sucesivamente.

¡El año pasado visitó todos los países del mundo y resolvió más de 80 casos!

Un día  en el museo de piedras brillantes vio que faltaba un diamante verde.

– ¿En qué manos podría haber caído? pensó.

– Tendré que investigar por toda la ciudad, por todo el país o por todo el mundo.

– ¡Será un gran misterio para mí y podré ver muchas partes del mundo: España, Francia, Italia, Rusia…!

– ¿Cuántos kilómetros tendré qué hacer?

Se encerró en la biblioteca para buscar las distancias por tierra mar y aire.

Viajó por todo el mundo buscando el diamante. Entró en tiendas, en fábricas, en museos, en centros de salud, en clínicas veterinarias, en cines, en centros comerciales, en polideportivos…

Al final estaba en una nave industrial de Pekín  (China)

Continuará…

EL LIBRO DE LOS CUENTOS

Hoy hemos leído entre todos, un texto muy bonito y con mucha fantasía. Se titula : «El árbol de los cuentos» y lo hemos encontrado en «El arca de los cuentos 3» de la Editorial  Vicens Vives . Los autores del libro son: Carlos Reviejo y Ana Fernández. Nos ha gustado mucho y hemos hecho estos dibujos.

Empieza así: Erase una vez un planeta llamado lunares, que no tenía ríos ni montañas, ni valles, ni lagos, ni habitantes…

Tenía tres soles y un árbol violeta, con hojas pequeñas y doradas…

                                                                                                                                                                                                                                                                           

                                                                                                                                                 

Si queréis saber quienes eran los Come- sueños o Mamur y quién cuidó del árbol, animaros a buscar el libro y leedlo. Y si seguís animados, escribidnos algún comentario.

EL RATÓN DE CAMPO Y SU AMIGA VANESA

Hace unos días, en clase leímos: «El ratón de campo y el ratón de ciudad». Por si no lo conocéis, lo tenéis a continuación.

Érase una vez un ratón que vivía en una humilde madriguera en el campo. Allí, no le hacía falta nada. Tenía  una cama de hojas, un cómodo sillón, y flores por todos los lados.

Cuando  sentía ,  hambre el ratón buscaba frutass ilvestres, frutos secos y  setas, para comer. Además, el ratón tenía una salud de hierro. Por las mañanas, paseaba y corría entre los árboles, y por las tardes, se tumbaba a la sombra de algún árbol, para descansar, o simplemente respirar aire puro. Llevaba una vida muy tranquila y feliz.

Un día, su primo ratón que vivía en la ciudad, vino a visitarle. El ratón de campo le invitó a comer sopa de hierbas. Pero al ratón de la ciudad, acostumbrado a comer  comidas más refinadas, no le gustó.

Y además, no se habituó a la vida de campo. Decía que la vida en el campo era demasiado aburrida y que la vida en la ciudad era más emocionante.

Acabó invitando a su primo a viajar con él a la ciudad para comprobar que allí se vive mejor. El ratón de campo no tenía muchas ganas de ir, pero acabó cediendo ante la insistencia del otro ratón.

Nada más llegar a la ciudad, el ratón de campo pudo sentir que su tranquilidad se acababa. El ajetreo de la gran ciudad le asustaba. Había peligros por todas partes.

Había ruidos de coches, humos, mucho polvo, y un ir y venir intenso de las personas. La madriguera de su primo era muy distinta de la suya, y estaba en el sótano de un gran hotel.

Era muy elegante: había camas con colchones de lana, sillones, finas alfombras, y las paredes eran revestidas. Los armarios rebosaban de quesos, y otras cosas ricas.

En el techo colgaba un oloroso jamón. Cuando los dos ratones se disponían a darse un buen banquete, vieron a un gato que se asomaba husmeando a la puerta de la madriguera.

Los ratones huyeron disparados por un agujerillo. Mientras huía, el ratón de campo pensaba en el campo cuando, de repente, oyó gritos de una mujer que, con una escoba en la mano, intentaba  darle en la cabeza con el palo, para matarle.

El ratón, más que asustado y hambriento, volvió a la madriguera, dijo adiós a su primo y decidió volver al campo lo antes que pudo. Los dos se abrazaron y el ratón de campo emprendió el camino de vuelta.

Desde lejos el aroma de queso recién hecho, hizo que se le saltaran las lágrimas, pero eran lágrimas de alegría porque poco faltaba para llegar a su casita. De vuelta a su casa el ratón de campo pensó que jamás cambiaría su paz por un montón de cosas materiales.

Vanesa imagina que el ratón de campo la visita,  y escribe…

El ratón de campo fue a visitar a su amiga Vanesa en un lugar llamado La Torre. Ella al ver a su amigo el ratón se alegró mucho y se fueron a dar una vuelta mientras veían las flores tan bonitas que había en el jardín y hablaban de que hacía mucho tiempo  que no se veían, de que qué tal les iba la vida…

Después de un rato se pusieron a jugar y el tiempo pasaba y pasaba, pero ellos no se daban cuenta. Luego se acostaron y al día siguiente se despidieron por que el ratón se tenía que ir. Ella le decía que  se quedara, pero él le contestaba que no, que tenía que ir al campo a ver las flores y a plantar más. Ella le contestó que si quería podía coger unas de su jardín. pero él no quiso y se fue.

Se despidieron muy tristes pero dijeron que se volverían a visitar otro día.

Vanesa Hernández