UN POCO DE HUMOR: Chistes cortos

Queremos poner «un toque de humor» a la vida, con estos chistes que hemos seleccionado entre todos. Esperamos que os gusten. Seguro que unos más que otros. El arte de contar chistes, tiene su gracia…y es una forma de practicar el lenguaje oral y la desinhibición, entre otras cosas.

 

-¿Cuál  es el colmo de…?

-¿Cuál  es el colmo de un gallo?

Que se le ponga  la carne de gallina.

-¿Cuál es el  colmo de un camello?

Vivir toda la vida jorobado.

-¿Cuál es el colmo de un ferroviario?

Poner  un guarda-agujas en casa de una modista.

-¿ Por qué los de Lepe…?

-¿Sabes por qué los de Lepe no les dan agua a sus vacas?

Para que las vacas den leche en polvo.

– ¿Sabes por qué en Lepe no  hay peluquerías?

Porque los de Lepe dicen que están hartos de que les tomen el pelo.

¿Sabes por qué los de Lepe plantan cebollas en la carretera?

Porque van bien para la circulación.

-¿Sabes por qué los de Lepe toman su cuarto café en vaso?

Porque el doctor les ha dicho que tomar más de tres tazas es peligroso.

-¿Sabes por qué los de Lepe no beben leche fresca?

Porque no les cabe la vaca en la nevera.

 

-¿Qué le dijo …?

-¿Qué le dijo el zapato al betún?

¡Cuando te destapas me pones negro!

– ¿Qué le  dijo una gata a una escopeta?

Los dos tenemos gatillos.

-¿Qué le dijo un zapatero a un ciempiés?

¡Quién tuviera clientes como tú!

CUENTOS INVENTADOS.La planta mágica.Capítulo III

3. LA EXCURSIÓN DE CLAUDIA. 

Cuando pasaron cinco semanas Claudia le comentó a la planta que se tenía que ir de excursión con el colegio un día entero y no se podía ir con ella. Las dos se pusieron tristes porque sabían que en un día no se iban a ver. La niña hizo todo lo posible para que pudieran ir las dos, pero no funcionó.

De repente Claudia tuvo una idea:

–   Ya sé.

–   ¿El qué, el qué?, dímelo por favor.

–   Te meto en mi mochila y te vienes conmigo

–   Puede ser, pero yo necesito oxígeno.

–   Es verdad pero como eres mágica yo podría pedirte tres deseos y uno de ellos sería este.

Entonces Claudia tocó por segunda vez a la planta y volvió a pedir tres deseos: que te vengas conmigo y no me digan nada, que sean buenos contigo y que nos lo pasemos bien todos juntos.

Entonces Claudia hizo lo mismo que la otra vez, lo guardó en secreto, y esos tres deseos se le cumplieron.

Cuando llegó el día excursión,  la planta y Claudia se prepararon y se fueron.

A la vuelta, venían hablando de que se lo habían pasado genial y querían volver a hacerlo.

FIN DEL TERCER CAPÍTULO.

CONTINUARA…

Vanesa Hernández

 

CUENTOS INVENTADOS.La planta mágica.Capítulo II

2. LA PLANTA SE MUERE.

A las cuatro semanas… ¡LA PLANTA SE MURIÓ! Claudia muy triste tenía la esperanza de que volviera a vivir.

Cuando pasaron otras cuatro semanas la planta echó un ramito. Claudia al verla se puso con una sonrisa de oreja a oreja. A partir de ese momento estuvo regándola todos los días para que siguiera creciendo.

Cuando la planta estaba bien alta Claudia la observó un rato, y la planta la habló. Claudia se quedó sorprendida y tenía un poco de miedo, por lo que había visto y oído. La planta le contó que podía hablar además de conceder deseos.

La niña sorprendida le preguntó:

-¿Has concedido muchos deseos?

– Pues… si. A una anciana, a los animales, al verano, también a algunas plantas…

-¡Cuantos deseos! ¿Y te sientes bien concediéndoles tantos?

-Si, porque veo lo satisfechos que se sienten con los deseos que les he concedido.

-Entonces tu vida es maravillosa, dijo Claudia

– No te creas porque también veo como pisan las plantas y a mí no me gusta. Tengo miedo de que me lo hagan a mí y no pueda conceder deseos porque no hacen lo mismo que tú, revivirme.

– A mí también me da pena que pisen a las plantas, porque sois parte de la naturaleza y sin vosotras el campo estaría solitario y nos faltaría oxígeno.

La planta y Claudia al haberse contado sus penas, fueron más amigas desde ese momento.

CONTINUARA…

Vanesa Hernández